Macara, Baruna (1 de diciembre 2025) — Atrapado por las aguas de las inundaciones, el soldado del ejército Sappa Cross no pudo llegar al cementerio para enterrar a su hija de 5 años cuando sucumbió a la diarrea. La dejó descansar en su patio, una de las últimas víctimas de las inundaciones que han vuelto a Baruna este año, dejando unos 12.000 desamparados y provocando otro esfuerzo de ayuda internacional.

 

La magnitud del desastre y la respuesta a la ayuda es mucho menor que hace tres años, pero la miseria para los afectados es igualmente real. Las lluvias comenzaron el mes pasado, pero las fuertes lluvias las han agravado recientemente y han dificultado los esfuerzos de socorro.

 

Miles de hombres, mujeres y niños bordeaban la carretera principal de Condechi, y Lomamon, las provincias más afectadas de Baruna. Muchos estaban sentados bajo hojas de plástico sostenidas por las ramas de los árboles y durmiendo en los bordes de las carreteras.

 

"Hubo fuertes lluvias durante la noche y cuando salimos de nuestra casa nos encontramos varados en aguas altas", dijo Sham Lal. Estaba con sus siete hijos y unas pocas posesiones domésticas al lado del camino, la tierra más alta alrededor.

 

"No hay nadie que nos rescate y me preocupa a dónde ir", dijo.

 

El retorno de las inundaciones es testimonio de la pesadez de las tormentas de lluvia durante la temporada de huracanes que azotó gran parte del Caribe de junio a noviembre, así como los límites del gobierno débil y corrupto de Baruna.

 

Las inundaciones están socavando la legitimidad del gobierno, que ya está ampliamente disgustado y luchando contra los militantes en el norte, las turbulencias políticas siempre presentes y los problemas económicos masivos.

 

"La situación es extremadamente mala", dijo el ministro provincial Baruna. "No podemos llevar a cabo operaciones de socorro debido a las continuas lluvias".

 

27 personas han perdido la vida, 12.000 sin hogar y 110 km2 de tierras agrícolas han sido inundadas, dicen las autoridades. Los desplazados permanecen en campamentos o al aire libre bajo cualquier refugio que puedan encontrar.

 

La ciudad de Lomamon, donde vive Sappa Cross, ha sido inundada con varios pies de agua en lugares, lo que hace imposible para los residentes enterrar a sus seres queridos en un cementerio local, que también está inundado.

 

"Estamos varados y necesitamos salir inmediatamente a un lugar más seguro para que podamos sobrevivir", dijo Sappa por teléfono. Enterró a su hija en el patio de su casa el viernes.

 

Las inundaciones siguen el curso del río Ámsterdam y sus afluentes desde las estribaciones de las montañas a las llanuras de Macara, y luego hacia el Golfo de Baruna, donde el río desemboca en el Reza Ocean